A veces me lo tengo que repetir más de 1.000.000 veces para poder creérmelo, y cada vez que me lo repito siento ese delicado.
Él que me da aliento de vida cuando otros me lo quitan.
Que consigue acelerar mis pulsaciones hasta rozar un ritmo sobrenatural.
Su sonrisa, esa forma perfecta de mostrarle al mundo sus dientes, su sonrisa produce en mí una satisfacción incomparable y se me sigue poniendo la piel de gallina cada vez que recuerdo que me quiere, y que yo, siendo una persona con miles de defectos, soy la única persona que puede hacerle realmente feliz.

No hay comentarios:
Publicar un comentario