En un día como este, es uno de los días en el que te das cuenta que el tiempo pasa quizá mas rápido que un coche a 200 km/h. Todavía me acuerdo de cuando salía de paseo a las mañanas con mi abuelo, o de cuando lloraba y lloraba hasta que conseguía que mi ama me comprara lo que quisiera. De cuando mi aita me contaba cuentos antes irme a dormir, o de cuando mi ama me cortaba las puntas porque odiaba ir a la peluquería. De cuando empecé el colegio, o de cuando hice mi primer examen. De mi primer 'novio', hasta de mi primer beso incluso. Aunque no solo me acuerdo de las cosas buenas, también me acuerdo de mi primer suspenso, de mi primera discusión, tanto con mis padres como con mis amigas. De mi primer desamor, o de mis primeras Navidades sabiendo que ni los Reyes Magos, ni el Olentzero entrarían por mi ventana, y que sus queridos camellos y su horrible burro no se tomarían las galletas con leche que les preparaba. También me acuerdo de cuando creía que algunas personas eran para siempre, y hoy me doy cuenta de que ya no están. O de aquel chico que creía estar enamorada de el y ahora ni me acuerdo de que color tenía los ojos. Supongo que nunca te vas a la cama sin aprender algo nuevo, como que a pesar del tiempo, sigo siendo la misma de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario