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No sé, no me pasa nada y a la vez me pasa de todo. Muy pocos son los que valen, por no decir una o dos personas. Y todos los demás se han ido, no valen una mierda o ni han llegado aún. Cientos de personas he conocido, algunas me han marcado tanto por el lado bueno, como por el malo y otras tantas como han entrado en mi vida se han ido. Esto va así, avanzas un paso y retrocedes dos. Podría estar toda una vida recordando a quien ya no está conmigo, pero el pasado es pasado, pasó y no va a volver por muchas vueltas que le quiera dar al tema. El pasado bien pisado y apartado del presente. Que quién se fue ya demostró eso de que los 'para siempre' no existen y que están sobre valorados. Que el presente está centrado en gente que con el tiempo se ha ganado la confianza de llamarse amigo y por eso es por lo que sigo aquí, por la esas mínimas personas que a pesar de ser bien pocas, han callado bocas por mí. Y el optimismo o el pesimismo a parte. Que ni quiero pasados ni me entran ganas de futuros. Y que todo esto me ha servido de lección para darme cuenta de muchas cosas y por eso yo solo puedo decir que me da igual tropezarme dos veces con la misma piedra y tampoco me importa ostiarme con la realidad si después de todo esto aún me queda un hombro en el que llorar. Porque me puedo hacer la dura una,dos,tres y todas las veces que quiera. Pero si me faltará uno de mis grandes apoyos, como cualquier persona normal me derrumbaría. Porque mis malos días, mis malos humores y mis malas rachas no soy capaz de tragármelas para mi misma, porque estar sola a veces no está mal, pero sentirte sola es lo peor que puedes encontrar dentro de esta maldita realidad. Así que adiós al pasado, sonríe al presente y puntos suspensivos para el futuro. Y no lo olvido, podría durar toda una vida entera o nada más que un solo día, pero los dos sabremos que valió la pena.